Un último adiós a Paco Rabanne, el genio francoespañol de los materiales modernos

Por unos minutos, Julien Dossena, el actual director creativo de la firma Paco Rabanne, revivió lo que era estar en un desfile del fundador de la marca, ese huérfano de la Guerra Civil española convertido en uno de los genios de la moda del siglo XX. La reproducción de seis de sus “12 vestidos vestidos imposibles en materiales contemporáneos” provocó un pequeño viaje en el tiempo, donde los invitados al desfile en esta Semana de la Moda de París pudieron comprobar que aquellos trajes de metal, mostrados por primera vez en 1966, no solo impactan visualmente, también resuenan con fuerza. El sonido de los metales al caminar se elevaba por encima de la música del desfile y marcó un silencio que sirvió como el mejor de los homenajes a Francisco Rabaneda Cuervo, su auténtico nombre, fallecido en Bretaña el pasado 3 de febrero.

Huérfano de la Guerra Civil española convertido en uno de los genios de la moda del siglo XX

Rabaneda, nacido en 1935, siguió en realidad los pasos de su madre, bilbaína, jefa de taller de Cristóbal Balenciaga en San Sebastián. Su padre era un militar andaluz, republicano, y fue fusilado al final de la contienda, cuando la madre cruzó la frontera y se refugió en Francia con sus hijos. Aquel refugiado español estudió más adelante Arquitectura en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París y si a eso sumamos que a Balenciaga se le conocía como el arquitecto de la moda, se entiende mejor que este joven irreverente abrazara el calificativo -claramente peyorativo- que le lanzó Coco Chanel: “No es un diseñador, es un metalúrgico”. Curiosamente, cuando Rabaneda salió de la Escuela no llevaba debajo del brazo planos de edificios, sino miles de bocetos de moda, que fueron publicados por primera vez en 1959 en la revista Women’s Wear Daily bajo el nombre de “Franck Rabanne”.

Su carrera en la moda empezó oficialmente fabricando accesorios de fantasía para la Alta Costura de Balenciaga, Nina Ricci o Givenchy, entre otras. Después vino una línea de accesorios en una especie de plástico que introdujo en gafas, pendientes y otros accesorios, pero la gran revolución vino con su “Colección Manifesto”, presentada en 1966 en el Hotel George V: “12 vestidos imposibles de llevar fabricados en materiales contemporáneos”.

Paco Rabanne, Trabajando en uno de sus vestidos ©Keystone/Getty Images

Las placas de aluminio y plástico agujereadas iban tramadas entre sí con anillas de acero y se transformaban en una suerte de armaduras, como las mallas de los caballeros medievales. Fueron unos diseños impactantes que dejaron completamente descolocada a la industria de la moda, que veía la progresiva caída en desgracia de la Alta Costura a favor de del prêt-à-porter que traían jóvenes modistas como Pierre Cardin, expulsado de la Cámara Sindical por sus producir moda en cadenas. Hasta 1973, el prêt-à-porter no fue oficialmente aceptado por los antiguos pesos pesados.

Lo curioso de los vestidos de Rabanne, que entonces popularizaron la cantante François Hardy, la actriz Audrey Hepburn en la película “Dos en la carretera” o Jane Fonda en “Barbarella”, con un diseño de vestuario ideado por Paco Rabanne, es que poco importa si la imagen data de 1968 o de 2023, con Taylor Swift como modelo, estos vestidos no pasan de moda.

La Actriz francesa Françoise Hardy a su derecha Brigitte Bardot y a su derecha a ella Jane Fonda la actriz americana, vestidas con los vestidos del diseñador Paco Rabanne

“Las mujeres se han convertido en guerreras, así que las visto con armaduras para que ganen en independencia frente a los hombres. Es el reflejo de nuestra época”, decía entonces Paco Rabanne. Su voz, en una entrevista de archivo, sonaba también esta semana en el desfile homenaje de París, un encuentro multitudinario marcado por la presencia de sus pares, como Jean-Paul Gaultier o Nicolas Ghesquière, director creativo de Louis Vuitton, así como amigas y celebridades vestidas con los metales de Rabanne.

Dossena, también bretón y director creativo de la firma desde 2013, recurrió en esta colección a las “materias extrañas” que gustaºban a Paco Rabanne. Por eso presentó abrigos de lana peluda y vestidos con cristales y plata sobre tejidos satinados. Sin duda la mejor aportación de esta nueva colección otoño-invierno fueron los vestidos largos de seda estampados con los cuadro de Salvador Dalí, gracias a una colaboración con la Fundación Salvador Dalí. No es de extrañar que el surrealista español también estuviera en el ajo en esta despedida. Dalí sentía una tremenda admiración por Rabanne y decía que, junto a él, eran los dos únicos genios vivos de España. En “Le Monde”, Dossena explica que quería con esta colección hacer una proposición radical que diera poder a las mujeres, como solía hacer Paco Rabanne. No llegó a tocar su radicalismo ni su genio, pero fue un bonito aunque escueto homenaje.

Serie de fotos entre Dalí y las actrices, vestidas de Paco Rabanne

“Gracias, señor Rabanne. Usted fue una de esas personas que cambiaron nuestra visión del mundo. Gracias por su visión creativa utópica que transformó los límites de la realidad”, le decía Dossena en una carta de despedida que recibieron los invitados. Puede que Rabanne, conocido por su misticismo y sus extravagantes ideas sobre la reencarnación, lo escuchara atentamente allá donde esté.