Gastronomía
Una Cantina secreta descubre le Bistro du Vieux Marché
Para todos aquellos que hemos vivido en grandes ciudades sabemos que a veces las mejores direcciones hay que encontrarlas, porque no están a la vista de todos.
Pues bien, aquí descubrimos Le Bistro du Vieux Marché, una dirección con encanto, desde su situación hasta sus platos y vinos. Situado frente al palacio de deportes de Victor- Hugo, encontramos una cocina de mercado y elaborada de productos frescos y locales, su chef Tony Pinelle, nos confecciona una carta con toques internacionales por su trayectoria, viajando por distintos países entre Colombia, Costa Rica e incluso pasando por la isla de Saint Barth y esas paradas se notan en su carta.
Un pequeño restaurante con una decoración vintage y sobre todo con muebles reciclados, podemos encontrar un lugar con encanto y con historia a pesar de su novedad, la barra del bar.
De tamaño pequeño, pero grande en creatividad, vale la pena visitar este pequeño restaurante de barrio ideal para familias.
Aquí todo es historia familiar. Esta simbiosis se siente una vez que pasas las puertas del 6, place de la Ferme Richemont. Yoann y Audrey, dos hermanos del suroeste, Manu y Micka¨ son amigos de la familia que se han adaptado a sus experiencias durante años. Los tres son viajeros también, han fusionado sus experiencias en hostelería, desde la costa vasca hasta los mismísimos estados unidos, antes de regresar a su Burdeos natal, donde conquistaron notablemente los bordeleses con su cálida dirección ya que el hermano de pequeño y el segundo de los mismo propietarios de «Chez Thérèse». En homenaje a su abuela.
La idea es ofrecer el mismo estado de ánimo que el hermano mayor situado en el barrio de St-Mich, con una cocina más refinada. En el intercambio, la ternera bourguignon bañada en la salsa y las partes de Scrabble para una cocina local (siempre) y bistronómica excepcional. Los platos son gourmet y los platos refinados.
Rico en su talento y su humor, el joven de 28 años compone y sirve los platos como un prodigio.
No hay duda de que los clientes caerán en malos hábitos. Entonces, para evitarlo, la carta se reduce a los productos frescos y los que estén disponible en el mercado, sin olvidar que cada día, tazón bistró vegetariano, chuletón de ternera de 1 kg para compartir, queso de cabra crujiente o tartufata de burrata. Los productos excepcionales subliman las sugerencias bistronómicas clásicas.
¡Un bien escaso en la restauración del centro de la ciudad, aquí todo es casero!
Nos enamoramos de la terraza íntima, a tiro de piedra del Cours Victor-Hugo, vestida con sus plantas y decoración vegetal. El sol, toda la terraza embaldosada hace su efecto y la pared verde botella se combina con latón dorado brilla por su elegancia. Y como nada está a medio hacer, el techo es solo una colección de exuberantes plantas colgantes. Está decidido, en este bistró de barrio, con mucho gusto echaremos raíces …
Os recomendamos que llaméis para reservar una mesa.
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