1997: El último ‘Big Bang’ de la Moda al Alcance del Público Parisino

El Museo de la Moda de París, más conocido como Palais Galliera, acoge hasta el próximo 16 de julio la exposición “1997: Fashion Big Bang”, una muestra didáctica para los amantes de la moda que reúne en la misma sala las piezas emblemáticas que cambiaron el rumbo de la moda contemporánea, desde Tom Ford hasta Maison Martin Margiela, pasando por Jean-Paul Gaultier y Alexander McQueen. Comisariada por el historiador de moda francés Alexandre Samson y la historiadora española Miren Arzalluz, directora del museo, la exposición da un paso más en el objetivo de este centro, tras su reapertura al público en 2020, permitir al público general acceder a las grandes colecciones de la costura. 

Gracias a grandes exposiciones como esta y, en los últimos años, la retrospectiva de Coco Chanel o Frida Kahlo, el Galliera está logrando que París tenga por fin un museo a la altura de su título como capital de la moda, pues pese a aglutinar las pasarelas más importantes, la ciudad no contaba con un centro de peso donde mostrar las prestigiosas colecciones de archivo.

1997 – Fashion Big Bang – Palais Galliera – 07-03 / 16 -07 – 2023 ©Gautier Deblonde

Aquel 1997 se distinguió por la creación de colecciones emblemáticas: los cuerpos deformados de Comme des Garçons, la ultrasexualización de la ropa en el Gucci de Tom Ford, la primera colección de Alta Costura de Jean-Paul Gaultier y el estreno de dos gigantes de la moda británica al frente de casas francesas: John Galliano en Dior y Alexander McQueen en Givenchy.

“Es un año especial que no sólo resume la década de los 90, sino que anuncia lo que fue la moda en los 2000 y lo que todavía es a día de hoy”, asegura Miren Arzalluz. “Hubo como una especie de energía que hizo que todo lo que ocurrió aquel año fuera extraordinario. Hay una sucesión de colecciones, nombramientos, eventos y acontecimientos que marcan no solo ese año sino la historia reciente de la moda”.

Aquella explosión de talento y creatividad no sólo se dio en la industria del lujo, también en marcas independientes como Jean-Paul Gaultier, que presentó su primera colección de Alta Costura, o el belga Walter Van Beirendonck, que ese año concibió el vestuario de la gira mundial del grupo U2, “Popmart”, tan icónica que hasta protagonizó un episodio de Los Simpsons.

1/ Condé Nast / The Irving Penn Fundación – 2/ Juergen Rogiens – Cortesía de Olivier Theyskens – 3/ Guy Marinau – Christian Lacroix

En aquel 1997, la globalización se aceleró y un grupo de jóvenes diseñadores emergentes tomaron el control de las grandes casas de moda. Hedi Slimane pasó a ocuparse de la línea masculina de Yves Saint Laurent, anticipando la silueta andrógina que tres años más tarde, en Dior, impuso la estética de pantalones pitillos y modelos escuálidas que sigue presente, de una forma u otra, en el panorama de la moda internacional.

También fue el estreno de la británica Stella McCartney en Chloé, o del francés Nicolas Ghesquière en Balenciaga… Nombres que siguen modelando hoy la moda internacional: McCartney es la embajadora por excelencia del lujo sostenible y Ghesquière es el diseñador de ropa de Louis Vuitton. 

Las pasarelas ya no eran únicamente el lugar donde mostrar bonitos vestidos. Había que impactar y dejar al público anonadado por la ostentación de desfiles más parecidos a espectáculos de música y pop. Algunos vídeos revelados en la exposición, ayudarán a muchos a entender de dónde vienen los espectaculares ‘shows’ en los que, ahora, Rosalía actúa en un desfile de Louis Vuitton o Dior se atreve a reconstituir los puentes de París en la pasarela.

1/ Collection of Palais Galliera, París. © Michael Thompson / Cortesía de Jean paul Gaultier – 2/ Vogue Runway / Condé Nast Archives © Conde Nast – 3/© Jean-Baptiste Mondino

Lo curioso de aquel año es que no fueron solo las pasarelas las que dejaron momentos memorables: el asesinato de Gianni Versace y la trágica muerte de Diana de Gales (sucedidos con apenas un mes de diferencia), figuras ultra mediatizadas de la década de los años 90, marcaron en cierto modo el fin de una época. Una serie de anécdotas que engancharán a los visitantes de este museo de la moda parisino, ya sean principiantes o apasionados de este arte, tan ligado a la cultura francesa.

“París estaba muy cuestionada en ese momento como centro mundial de la moda, incluso en el sistema de Alta Costura. Entonces, tal y como había pasado después de la Segunda Guerra Mundial con Nueva York, habían surgido escenarios alternativos. Pero en el 97, y en un período de crisis económica, algo hace renacer esta energía en la pasarela que vuelve a poner París en el foco del panorama internacional de la moda”, explica Arzalluz, directora del museo desde 2017.

La exposición se hace eco con la crisis actual que vive la moda, saturada de grandes espectáculos y afectada por debates en torno a la sostenibilidad de la industria y la diversidad en el sector. La pandemia trajo muchos discursos sobre cambios y renovación, pero tres años después constatamos que rigen las mismas pautas. Los organizadores de esta exposición no esconden que la muestra quiere también incitar a una reflexión profunda, a la espera de que una nueva y poderosa energía sacuda la moda: ¿Hasta dónde puede llegar la industria al desenfrenado ritmo actual?